11 de febrero: Día Internacional de la Mujer en la Ciencia (I)

El próximo día 11 de febrero se celebra el Día Internacional de la Mujer en la Ciencia y para rendir homenaje a aquellas mujeres luchadoras hemos decidido hacer un repaso por sus obras y sus vidas.

Hipatia de Alejandría

Hipatia nació en la ciudad de Alejandría en el siglo IV D.C, fue una filósofa, matemática y maestra miembro de la Escuela neoplatónica de Alejandría. Hija y discípula de Teón de Alejandría, Hipatia se crio rodeada de maestros filósofos y matemáticos. Hipatia es reconocida por ser una de las mayores matemáticas, filósofas y astrónoma de la historia.

Entre sus mayores hallazgos se encuentra su predicción sobre las órbitas de los planetas, donde afirmó, antes que Johannes Kepler, que las órbitas eran elípticas, entre otras de sus muchas aportaciones encontramos la creación del astrolabio… Pese a ello Hipatia fue perseguida y asesinada en el año 415 A.C, este hecho fue recordado por ser uno de los más crueles de la época.

De una cosa están seguros todos los científicos, si no se hubiesen perdido las aportaciones de Hipatia, la ciencia estaría ahora mismo en lugares impensables.

  • Dato curioso: “Hipatia” significa la suprema, la más grande, sobre ella escribió Sócrates Escolástico en el siglo V: “Había una mujer en Alejandría llamada Hipatia, hija del filósofo Teón, que logró tales conocimientos de literatura y ciencia que sobrepasó mucho a los filósofos de su propio tiempo.”

Sophie Germain

Sophie Germain nació en París en el año 1776. Su padre, diputado de la Asamblea, disponía de una gran biblioteca a la que ella sacó gran provecho; desde los 13 años leía toda la tarde y al anochecer simulaba acostarse para luego continuar su lectura. Aprendió latín para poder leer a Newton y a Euler. Al enterarse sus padres de sus estudios científicos pusieron el grito en el cielo: la dejaron sin luz y calefacción para que no pudiera seguir leyendo por la noche, pero ella escondía una vela para continuar estudiando envuelta en una manta. El día que la encontraron dormida rodeada de cálculos matemáticos comprendieron que no conseguirían disuadirla y, aunque le permitieron que siguiera estudiando, jamás tuvo su apoyo; pensaban que una científica jamás podría casarse.

Consiguió sus apuntes a través de un antiguo alumno amigo de la familia, Antoine-Auguste Le Blanc, y llegó a presentarle un trabajo firmado con ese seudónimo. Había tal brillantez en sus reflexiones que Lagrange quiso conocerle. A pesar de su sorpresa al encontrarse ante una mujer siguió reconociendo su valía y se convirtió en su profesor, con lo que logró entrar en las tertulias científicas. Sophie hizo grandes aportaciones en la física de la elasticidad y ganó el concurso de la Academia de Ciencias con su descripción matemática de la vibración de las superficies elásticas.

  • Dato curioso: Cuando Napoleón invade Prusia, Germain intercede por el famoso matemático Carl Friedrich Gauss ante un general amigo suyo para que lo protegiera.

Marie Curie

Maria Salomea Skłodowska nació en Varsovia (Polonia) en 1867, en aquellos tiempos Polonia estaba bajo el dominio del Imperio ruso por lo que las mujeres no podían acceder a la universidad. Ante esta situación Maria y su hermana Bronisława idearon un plan, Maria trabajaría para financiar los estudios de su hermana en París y cuando esta acabase haría lo mismo por ella. Cuando su hermana Bronisława se licenció en medicina, Maria fue a París a estudiar Física y Química en la Universidad de París.

Inició su carrera científica en 1894 con una investigación de las propiedades magnéticas de diversos aceros, por encargo de la Sociedad para el Fomento de la Industria Nacional, en ese mismo año Maria ahora llamada Marie conoció a su futuro marido Pierre Curie.

A la hora de escoger el tema de su tesis doctoral, Marie decidió centrarse en los trabajos del físico Henri Becquerel sobre unos “rayos de naturaleza desconocida”. Posteriormente Marie descubrió que aquellos rayos provenían de la fisión o rotura de los núcleos de algunos elementos y debido a esto Marie denominó a este fenómeno “radiactividad”.

Marie es conocida por ser la única mujer en recibir dos premios Nobel, un premio Nobel de Física en 1903 junto a su marido Pierre por el descubrimiento de la radiactividad y un premio Nobel de Química en 1911 por el descubrimiento de algunos elementos radiactivos.

  • Dato curioso: El cuaderno de apuntes de Marie tiene tanta cantidad de radiación que no puede ser leído, se encuentra protegido por cajas de plomo en los sótanos de la Biblioteca Nacional de Francia.

Emmy Noether

Amalie Emmy Noether nació en Alemania en 1882, su padre Max Noether enseñaba matemáticas en la Universidad de Erlangen, donde ella también trabajó como profesora de matemáticas sin recibir salario alguno.

Emmy Noether tuvo que afrontar múltiples dificultades debido a su condición de judía y mujer, por lo que al final tuvo que huir de su país cuando los nazis adquirieron el poder de Alemania. Sus principales aportaciones fueron en el campo del álgebra abstracta, con su teoría de anillos, que facilitó que se comprendieran mejor las estructuras algebraicas.

Fue educada como una mujer de su época, le encantaba bailar. No fue una estudiante excepcional, aunque tenía mucha curiosidad y constancia, estaba destinada a enseñar en un instituto femenino pero ella quiso decidir sobre su propio futuro y fue una gran matemática, que no solo tuvo que lidiar con el predominio masculino sino también con el régimen nazi.

  • Dato curioso: Su trabajo fue también una gran aportación a la física ya que demostró que las leyes de la conservación de la energía y la masa corresponden cada una a un tipo de simetría, este teorema actualmente llamado teorema de Noether fue elogiado por Albert Einstein y es fundamental para entender la teoría de la relatividad general.

Rosalind Franklin

Rosalind Franklin nació en Londres en 1920, estudió en Francia y luego volvió a Inglaterra donde en 1941 se graduó en Física y Química. En 1947 regresó a París para realizar su trabajo postdoctoral, allí encontró un grupo de investigación muy activo, dinámico y, sobre todo abierto a las mujeres a diferencia del retrógrado y masculino entorno que conocía de Inglaterra. Allí fue donde aprendió su técnica de difracción de rayos X, en lo que se convirtió en una experta a nivel mundial, volvió a Inglaterra y trabajó en el King ‘s College de Londres donde se encargó de estudiar el ADN.

En noviembre de 1951 expuso sus resultados a sus compañeros y en aquel seminario empezaron a conocer los trabajos de Rosalind y a utilizar sus datos.

  • Dato curioso: La famosa foto 51, fue usada por Watson y Crick y les dio la base para su propuesta de la estructura del ADN, por ello ganaron el Nobel junto con Wilkins. A pesar de que muchos piensan que el trabajo de Rosalind fue clave en sus estudios ella no tuvo el reconocimiento que debería por parte de sus compañeros y de la comunidad científica.

Margarita Salas

Margarita nació en Valdés (España) en 1938, fue una bioquímica discípula de Severo Ochoa con quien trabajó en los EEUU. Junto con su marido Eladio Viñuela, inició el desarrollo de la biología molecular en España.

Su estudio sobre el virus bacteriano Phi29 nos ha permitido conocer cómo funciona el ADN, cómo sus instrucciones se transforman en proteínas y cómo estas proteínas se relacionan entre ellas para formar un virus funcional.

En España si bien dentro de su equipo nunca tuvo ningún problema, de cara al exterior solo era la mujer de Eladio Viñuela, algo que a él le parecía totalmente injusto, por lo que dejó que Margarita se dedicara en exclusiva a la investigación del Phi29, dedicándose él a otros estudios.

  • Dato curioso: La aportación póstuma e Margarita Salas es una técnica molecular igual de fiable que las PCR para detectar el SARS-Cov 2.

Cuando investigo sobre la vida y obra de estas científicas no puedo dejar de pensar en lo excepcional que ha tenido que ser su trabajo para sobresalir en un mundo que hasta ahora estaba vetado a las mujeres.
Y pienso…
¿Cuántos avances se hubieran podido hacer si se hubiera contado con el conocimiento y el intelecto de la mujer?
Probablemente el mundo sería distinto, y pienso en la gran suerte que tenemos de vivir en esta época donde somos libres de estudiar, aprender y dedicarnos a lo que anhelamos.

Lydia Alba Rojano, 4.º ESO B

Obras/web consultadas para este artículo (09/02/2021):

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